Uno de los principales peligros que supone tener un absceso dental es la pérdida del diente, razón por la cual se recomienda  acudir al odontólogogo lo más pronto posible con el propósito de encontrar una solución efectiva y que permita salvar el diente (de tener salvación). Cuando esta infección localizada hasta estos momentos no se trata, se puede extender al hueso del maxilar (superior) o de la mandíbula o bien producir una infección de los tejidos blandos. Como es el caso de celulitis facial o angina de Ludwig, la cual se caracteriza por la aparición de fiebre y desviación de las paredes de la laringe, con riesgo de padecer paro cardiorespiratorio y muerte.

Es importante destacar que esta infección de origen dental no solo afectará estructuras óseas y de tejidos blandos buco dentales, sino que también producirá una infección de la sangre puesto que las bacterias y sus productos nocivos pasan al torrente circulatorio. Esas bacterias y toxinas al pasar a la sangre afectan la salud sistémica especialmente de mujeres embarazadas, pacientes diabéticos, pacientes con antecedentes de enfermedades cardiovasculares, pacientes con cáncer, enfermedades pulmonares o respiratorias,  entre otros.

Por todo lo descrito queda claro que un absceso de origen dental no debe ser subestimado y por ello necesita un tratamiento  de carácter urgente para evitar todo tipo de consecuencias tanto para la salud buco dental  como general.